Dejo ya de fumar,
y entro a la cocina para lavar toda la losa amontonada del fin de
semana.
Pero, aún así
sigo pensado, es un no parar de comerme la cabeza...
Ante las
adversidades proceso sentimientos y palabras que me salen del corazón
,sin haber pasado por el cerebro.
Seguramente me
comporte así mediante la ira, el enfado, la rabia... o vete a saber
los cables que se cruzan en ese momento, y ¡PUM!, cuesta abajo, y
sin freno...
Lamentablemente,
actuaciones así, te hace perder cosas, o más importante, a personas
que han estado siempre a tú lado.
Aunque, haciendo
un breve paréntesis si realmente te quieren, jamás se irán de tu
lado,pero claro, cada cual es mundo y esas personas ya sabrán y la
vez te sentirás culpable el resto de tu vida ,obviamente no cargaras
con toda la culpa, pero sí una parte de ella .
¿Entonces que
hago con esta comedera de cabeza?
Comentarios
Publicar un comentario